martes, 16 de octubre de 2018

Macchi MC.200 Saetta


El mejor caza italiano al principo de la guerra fue sin duda el Macchi MC.200 Saetta, un avion pequeño y ligero, diseñado en base a la experiencia adquirida en la guerra civil española, durante la contienda los biplanos CR 32 y 42 fueron muy superiores a los aparatos rusos. Por lo que se decidio proseguir con la misma tendencia, un avion agil, equipado con dos ametralladoras, pero incorporando los ultimos adelantos, tales como tren de aterrizaje retractil, cabina cerrada y monoplano de estructura metalica, el resultado fue un aparato elegante y con buena aerodinamica, pero sin embargo la falta de un buen motor hizo que la potencia no fuese suficiente. A esto se sumo el fuerte conservadurismo de las autoridades y pilotos de la Regia Aeronautica; los primeros modelos en entregarse llevaban la cabina totalmente cerrada, pero los pilotos protestaron, estaban acostumbrados a juzgar las velocidades en base al viento en la cara y no deseaban privarse de ese indicador, y aunque se suministraron medidores de viento razonablemente buenos, no fueron aceptados, asi que el segundo lote de produccion fue equipado con una cabina abierta; otro defecto que afecto el proyecto fue la falta de radio, aunque se habia experimentado con el antes de la guerra, el pais que habia inventado la radio no tenia una lo suficientemente eficaz y ligera para ser ocupada en un caza, al principio se penso que el control de las formaciones podia ser realizado con señales de mano y agitando las alas del aparato, algo factible a las pequeñas velocidades de la guerra civil española, pero que en la moderna guerra aerea serian suicidas.

Los aparatos resultantes fueron inmediatamente asignados a los Stormo (Grupos) de caza, casi todos estaban operativos en el Norte de Africa y Grecia, pero al iniciar la guerra, el arma aerea italiana enfrento su viejos biplanos y cazas ligeros a los potentes Hurricanes y Dewoitine D-520, el resultado solo podia ser uno, los lentos y mal armados cazas italianos no podian compensar con maniobrabilidad sus otros defectos, las ocho ametralladoras de los cazas britanicos desbarataban cualquier caza italiano al tocarlo, sus fragiles tanques de combustible no blindados estallaban como antorchas, la situacion fue terrible, cuando al teatro de operaciones arribaron los nuevos Spitfire, el desastre fue total.

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